Guía para viajeros inocentes de Mark Twain

El 8 de Junio de 1867 zarpó del puerto de Nueva York un vapor llamado Quaker City con destino a Tierra Santa, Egipto, Crimea, Grecia y lugares de interés intermedios. Entre ellos, las Azores, Gibraltar, un refilón de España, Marsella y gran parte de Italia. Mark Twain iba a bordo. Sus crónicas como corresponsal del diario Alta California se recopilaron a su vuelta en este libro que en inglés tiene un título mucho más sugerente: The Innocents Abroad.

No es una guía, como indica el título en español, sino un relato de un viaje de doce meses por los restos de las civilizaciones más antiguas. Y lo escribe un Mark Twain que todavía no había escrito nada de Tom Sawyer. Y a pesar de que su ironía, su gran sentido del humor y su exhaustiva descripción de ciertos personajes (y perros) es admirable, la sensación que me produjo no se relaciona con nada de eso, sino con la seriedad de estas palabras…

Damasco ha visto todo lo que ha ocurrido en el mundo, y aún sigue viva. Ha contemplado los huesos secos de mil imperios, y verá las tumbas de mil más antes de que le toque morir. Aunque otra reclame el nombre, la vieja Damasco es, por derecho propio, la Ciudad Eterna.

Y más de un siglo después, siempre que aumentan los muertos en Siria me acuerdo de estas palabras…