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El periodista matemático de Fernando Blasco

  Si hay algo que admiro en este mundo es la capacidad que tienen los matemáticos y los físicos para descubrir certezas. Para mí son como adalides de la certidumbre y siempre logran calmarme en mis momentos supersticiosos. Lástima que no sean más tenidos en cuenta.

Cuando a alguien no se le dan bien las matemáticas, se suele decir que es un negado, y bien podría ser mi caso. Con muchísimo esfuerzo logré salvarlas hasta el último curso de bachillerato. Las derivadas y las integrales me llevaron por la calle de la amargura. Recuerdo que en Selectividad el examen de matemáticas fue el primero. Salí dando saltos de alegría. Me dieron un mísero 1. Salvé la nota global gracias a la literatura, claro. No sé si será el caso de todos los negados, pero en el mío siempre se ha tratado de una cuestión de falta de esfuerzo. Las matemáticas pueden llegar a ser muy sencillas si se invierte el esfuerzo necesario en comprenderlas y eso es algo que yo nunca hice. Porque no me gustaban mucho, porque nunca me enseñaron su aplicación en la vida diaria más allá del cambio del pan y porque, acostumbrada a pillarlo todo al vuelo, tener que ir a buscar al pájaro al nido no era algo que estuviera dispuesta a hacer.

El periodista matemático es un libro sobre matemáticas aplicadas a todos los ámbitos de la vida. Rectifico. Es un libro sobre cómo las matemáticas se aplican en todos los ámbitos: desde el fútbol a la literatura, pasando por los sudokus, el sistema electoral, el cambio monetario, los seis grados de separación, los cumpleaños de los futbolistas que participaron en la Eurocopa de 2008 y la construcción de las pirámides de Egipto. Puede describirse con el tópico de ameno, también es divertido, incluye trucos de magia y Fernando Blasco se merece una estatua por haberse esforzado en plasmarlo todo con mucho mimo para que los negados podamos entenderlo. Si no todo, gran parte.

Quizá yo esperaba más un manual de cómo evitar que nos timen gracias a las matemáticas, pero no me quejo. Me ha reafirmado en mi idea de que soy una negada, pero no desespero. El próximo será uno de física.